ce-Homo,-Andrea Solario con marco
7.--Ecce-Homo,-Andrea

Nº Inventario:  4 I 44

Autor: Taller Andrea Solario (Milán, 1460-1524).

Tema: Ecce Homo.

Datación: Gaillón (Normandía), circa 1507-9.

Técnica y soporte: Óleo sobre Tabla de Roble.

Medidas: 65 x 48,5 cm.

104 x 87,5 cm. con marco dorado contemporáneo.

Descripción y Comentario: Esta tabla representa un Ecce homo, semidesnudo y atado, con una caña en las manos, que representa el cetro que sus torturadores le dieron en burla. Semicubierto con un manto regio, que representa, así mismo, su pretensión de ser “Rey de los Judíos” o “Mesías”

Ecce Homo («este es el hombre» o «he aquí el hombre» en castellano) es la traducción que en la Vulgata latina se dio al pasaje del Evangelio de Juan (19:5) que en el griego original es ἰδοὺ ὁ ἄνθρωπος (idoù ho ánthropos). Se trata de las palabras pronunciadas por Poncio Pilato, el gobernador romano de Judea, cuando presentó a Jesús de Nazaret ante la muchedumbre hostil a la que sometía el destino final del reo (puesto que él se lavaba las manos, o sea, eludía su responsabilidad, Mateo 27:24) “Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!”. La escena sucede tras la flagelación de Cristo atado a la columna, y la coronación de espinas.

En tanto que la frase evangélica es una presentación cuasi-judicial (similar, de hecho, al término jurídico habeas corpus), su uso coloquial está vinculada a una imagen física de deterioro, con el sentido de físicamente maltrecho, en enunciados como «vino hecho un eccehomo».

Las representaciones de la escena evangélica del Ecce homo son muy similares a otras tipologías, denominadas Vir dolorum («Varón de dolores»), Cristo doliente, Cristo del dolor, Cristo de la paciencia, Cristo pensativo, Cristo en desgracia, etc.

En el arte cristiano se denomina Ecce Homo una tipología de representaciones de Jesús en la que aparece tal como se describe en este pasaje evangélico, con o sin los demás personajes (Pilato, la multitud de judíos, soldados romanos o sayones). Cuando se representa, el entorno suele ser arquitectónico (un palacio o castillo). Cristo aparece semidesnudo y atado, con una caña en las manos (que representa un cetro, que sus torturadores le dieron en burla, por la misma razón que le despojaron de su túnica y le pusieron un manto regio, puesto que su presunto delito era pretender ser «rey de los judíos» es decir Mesías por este motivo sarcásticamente los romanos pusieron en lo alto de la cruz de Jesús la sigla INRI).

Aunque el nombre del autor de esta pintura, Andrea Solario, se menciona en las biografías de Giorggio Vasari y en el Tratado de la pintura de Lomazzo, su obra ha permanecido ignorada durante mucho tiempo, siendo muchas de sus obras atribuidas a otros discípulos de Leonardo, como Bernardino Luini. El total de obras reconocidas de Solario, fue recopilado por Mündler en el siglo XIX, corpus formado por cincuenta pinturas y alrededor de veinte dibujos.

Son escasos los datos biográficos que se tienen de Andrea Solario. Nació en Milán (Italia), hacia 1460. Perteneciente a una familia de arquitectos y artistas, aunque Andrea fue el único pintor. Tuvo como primer maestro a su hermano Cristoforo Solari, en la década de 1490, en Venecia, donde quedó impresionado por la pintura de Antonello da Messina, hipótesis que parece verosímil ya que su primera obra firmada y fechada es de 1495, «La Virgen y el Niño con San Jerónimo y San Simeón», y proviene de Murano. Posteriormente ingresó en el taller de Leonardo da Vinci, estando considerado como uno de sus principales seguidores, además de Giovanni Antonio Boltraffio y Marco d’Oggiono, Ambrogio de PredisBernardino dei ContiFrancesco Napoletano.

En su estilo pues, asimiló recursos y detalles de da Vinci aunándolos con los de Messina. Así mismo, en su obra se percibe un gran conocimiento de la pintura de la escuela flamenca, hecho comprobable en su «Lamentación por Cristo», actualmente en el Museo del Louvre, en la que combinó el óleo con el temple.

En 1507 el cardenal Georges I d’Amboise, le invitó a visitar Francia para encomendarle la decoración de la capilla del castillo de Gaillon, residencia de los arzobispos de Ruán, permaneciendo allí más de dos años. A su vuelta a Italia, trabajó en Milán para el sobrino del cardenal, Carlos II d’Amboise, gobernador de Milán, y para otros miembros de la clase alta, política y religiosos de la ciudad. Su temática fue casi exclusivamente religiosa, aunque fue un gran pintor de retratos.

Tras pasar por el taller de Leonardo da Vinci, Andrea Solario estableció su propio taller, contándose entre sus alumnos más aventajados, Andrea Sabbatini. Muere en Milán antes del 8 de agosto de 1524.

Se conocen al menos cinco versiones de Ecce Homo, de Andrea Solario. David Alan Brown las data alrededor de 1507-1509, hasta el final de la estancia de Solario en Francia: una está en el John G. Johnson Colección, Filadelfia, que se considera la versión primaria y más finamente pintada de 63 x 45 cm. (Foto1), y otra se conserva en el Museum der Bildenden Künste, Leipzig (ver DA Brown, Andrea Solario, Milán 1987, cat. Nos. 50, 51). Otra tercera versión se subastó en Sotheby’s, Londres, en el 2011, procedente de una Colección privada del sur de Francia. Una cuarta versión, en Dorotheum, Viena en el 2017, procedente de una Colección particular de Pavía (Italia). Y la quinta sería ésta, que nos ocupa. Todas estas pinturas datan de alrededor de 1507-1509 y, por lo tanto, fueron ejecutadas durante la estancia del artista en Francia (ver DA Brown, Andrea Solario, Milán 1987, pp. 212-214, n. ° 50 y n. ° 51).

La presente obra está pintada sobre una tabla de roble, un soporte inusual para un artista italiano pero que fue ampliamente utilizado en Francia en ese momento, lo que nos sirve para datarla en el periodo de la estancia de Solario en Francia. Posteriormente, el uso de tablas de roble como soporte parece ser significativamente recurrente en el trabajo de Solario. El Ecce Homo de Filadelfia mencionado anteriormente también está pintado sobre roble y tiene inscrito en el reverso las armas de la familia Rouillé d’Orfeuil de Normandía. Lo que implica que la composición se ejecutó en Francia, cuando Solario fue empleado por el cardenal Georges I d’Amboise, tras las luchas políticas y militares que vieron pasar el poder de Milán a los franceses. Andrea Solario obtuvo buenos encargos de la nueva dirección, culminado, como hemos dicho anteriormente, cuando se trasladó a Francia al servicio del cardenal Georges I d’Amboise, donde se dedicó a la decoración mural del castillo de Gaillon

Por otro lado, la estructura del panel también revela un método de construcción italiano ya que está compuesto por otra madera dura en las barras transversales de castaño, que han sido cortadas en forma trapezoidal. Como ya hemos dicho, el uso de paneles de roble como soporte, parece ser significativamente recurrente en el trabajo de Solario.

El presente Ecce Homo muestra a Cristo con la cabeza inclinada en resignación y el cuerpo marcado por la flagelación. .El Ecce Homo es característico del estilo más suave, más elegante y naturalista que reemplazó gradualmente la exigente precisión de las obras juveniles de Solario. Combina una fuerza emotiva y un naturalismo de origen flamenco, así como de Antonello da Messina, cuyas imágenes devocionales, finamente detalladas, Solario habría visto en Milán, Venecia y Francia, con influencias estilísticas y un nuevo lenguaje dramático introducido en Milán por Leonardo da Vinci. La poderosa representación actual gozó de gran éxito, hasta el punto de que fue repetida posteriormente, por otros estudios lombardos: no solo por Simon Mailly, llamado Simone de Châlons, un seguidor tardío del artista, sino también por los ateliers de Bernardino Luini (Wallref-Richartz Museum, Colonia) y por Giampietrino (Musée Magnin, Dijon). Por lo tanto, debe haber existido un modelo gráfico, que seguramente se utilizó en este período y algunos años después. Estas consideraciones, en combinación con un examen de la calidad pictórica de la presente obra, podrían llevar a pensar que la obra fue realizada conjuntamente por Solario y su taller, entre 1507-1520

Como afirma Brown de la versión Filadelfia, su ‘ definizione enfatica ‘, su ‘tempo ritmica delle forme ‘y’ tonalità predominantemente rossa e verde ‘recuerdan la Madonna del cuscino verde del artista en el Louvre,  una de las indudables obras maestras del artista que también suele estar fechada en su época francesa. Como la Madonna del cuscino verde , este Ecce Homo es característico del estilo más suave, gracioso y naturalista que poco a poco reemplazó la rigurosa precisión de las obras juveniles de Solario. Combina el poder emotivo de los maestros del norte y Antonello da Messina, cuyas imágenes devocionales finamente detalladas habría visto, como hemos indicado anteriormente, en Milán, Venecia y Francia, con las lecciones de Leonardo da Vinci, quien quizás sea el mayor responsable de la introducción de una nueva obra dramática. Sin embargo, el propio papel de Solario no debe subestimarse, ya que fue a través de obras de tanta fuerza emocional como este Ecce Homo, que fue muy copiado,  que el arte devocional italiano se desarrolló tan rápidamente en las primeras décadas del siglo XVI e influyó en los pintores y la pintura de toda Europa occidental en ese momento y en los años venideros.

Otras obras de Andrea Solari pueden encontrarse sobre todo en Museos de Milán. En el Poldi Pezzoli podemos contemplar varias pinturas representando  “Virgen con Niño”, “San Juan”, “San Antonio Abad”, “Descanso en la Huida a Egipto” y  “Ecce Homo” (Foto 2). En la Pincoteca di Brera, también en Milán, podemos disfrutar de un “Retrato de un Hombre”. Otras obras como el “Cristo” de la Pinacoteca Tosio Martinegro de Brescia o el de la Academia Carrara de Bérgamo, o la “Tañedora de Laúd” del Palazzo Barberini de Roma, han quedado en Italia.

En el Louvre de París, se conservan tres pinturas; “Retrato de Charles d’Ambroise”, “Cabeza cortada de San Juan Bautista” y la “Virgen del Cojín Verde”.

En el Reino Unido, destacamos el “Retrato de un Hombre con Clavel Rojo”  y el “Retrato de Giovanni Cristoforo Longoni” de la National Gallery de Londres. El “Ecce Homo” de Ashmolean Museum de Oxford (Foto 3). Y el “San Jerónimo en el Desierto” del Bowes Museum de County Durham.

En Viena, se encuentra una “Salomé recibiendo la cabeza del Bautista” en el Kunsthistorisches Museum.

En Estados Unidos, además del “Ecce Homo” de Philadelphia, podemos encontrar una “Lamentación ante Cristo muerto” de la National Gallery of Art de Washington, y un “Cristo Bendiciendo” en el Metroplitan Museum de New York.

En España, sólo se conserva una pintura de un “Retrato de Hombre Joven” en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (Foto 4).

Estado de Conservación: Buen estado de conservación. La pintura es estable bajo una fina capa de barniz mate, heterogénea y transparente.La capa de pintura es gruesa con suaves pinceladas en el manto sobre un fondo claro. Se aprecia un fino craquelado en los tonos de piel y hay pérdidas de pintura a lo largo de la junta en la zona superior, así como empastes a lo largo de la junta y en las grietas. La capa de pintura presenta buena adherencia al soporte. El examen con luz ultravioleta revela retoques sobre el barniz en las grietas y juntas, con marcas de pincel debajo del barniz en el fondo, así como toques en los tonos de piel y el manto.El estado general es bueno.

Procedencia:

– Colección privada europea.

– Colección privada, Austria.

Bibliografía de Referencia:
– Vasari, Giorgio. Le vite de’ più eccellenti pittori, scultori e architettori. 1550.

David Alan Brown, Andrea Solario, Milán 1987, pp. 184, 212-214, n. ° 50 y n. ° 51

Agradecimientos: a  Mark MacDonnell para la realización de este estudio histórico-artístico.

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