Nº Inventario: 4 F 06
Autor: Seguidor Quintin Metsys (1ª ½ Siglo XVI).
Tema: Descanso en la Huida a Egipto.
Datación: Amberes, circa 1500-50.
Técnica y soporte: Óleo sobre Tabla.
Medidas: 53 x 42 cm.
78 x 67 cm. (con marco de último 1/3 siglo XVII).
Descripción y Comentario: Tabla que representa una Virgen amamantado al Niño, en su descanso en la huida a Egipto. El Descanso en la huida a Egipto es un tema en el arte cristiano que muestra a María, José y el niño Jesús en una parada o alto durante su huida a Egipto. La iconografía es muy variada, aunque abundan las representaciones de los viajeros en un paisaje a partir del siglo XVI.
La fuente literaria, el Nuevo Testamento (Mateo 2:14), solo dice de la huida y refiriéndose a José y su sueño, que «Cuando se levantó, tomó por la noche al niño y a su madre, y partió a Egipto». El relato fue luego adornado en varios primitivos apócrifos del Nuevo Testamento, que agregaron varios incidentes legendarios y detalles casi domésticos. Los relatos tardo-medievales del episodio continuaron añadiendo detalles, en particular el Vita Christi de Ludolfo de Sajonia, concluido hacia 1374, pocos años antes de la época en que se documenta la primera representación pictórica del Descanso, que curiosamente incluía una descripción de la lactancia materna de María, como luego aparece representado en el retablo del Maestro Bertram conservado en Grabow.
La escena y el escenario varían sustancialmente según la concepción de los pintores primitivos flamencos, artífices de una copiosa producción en las décadas alrededor de 1500. Aunque los protagonistas son los mismos, María y su hijo pasan a primer plano y quedan dominando la composición, mientras José y el burro aparecen más alejados, a veces de forma anecdótica como un detalle más del paisaje.
Pero la auténtica revolución en la representación tanto de la Huída como del episodio del Descanso, la realizó un flamenco con vocación de pintor de paisajes, Joachim Patinir (Foto 1), que consigue componer perspectivas tan insólitas e ingenuas como fantasmagóricas. Reducidos los tres protagonistas a la mínima expresión, a su alrededor y a media o larga distancia, distribuidos sobre un paisaje compuesto por perspectivas en fuga, Patinir pinta motivos bíblicos. Como una concesión pastoril ajena al drama, el burro aparece pastando a lo lejos, mientras José está recogiendo leña o trayendo agua, o entregado a la recolecta de alimentos por los más variados métodos.
Posiblemente, el pintor de esta tabla sea un seguidor de Quinten Massys (Lovaina, c. 1466 – 1530). Pintor flamenco fundador de la escuela de Amberes, cuya obra representa la primera síntesis efectiva entre la tradición flamenca y las ideas del renacimiento italiano. Parece ser que, Quiten Metsys, nació en Lovaina y trabajó en Amberes desde 1491 hasta su muerte. Su nombre se escribe también a veces como Quentin y su apellido también puede verse escrito como Metsys, Metsijs, Matsys, Massijs o, menos frecuentemente, Metzys o Matzys. Dirk Bouts fue su principal influencia en su ciudad natal, donde se formó. Respecto a su biografía, estuvo casado y tuvo varios hijos que trabajaron tanto con él como en el taller, como son Jan y Cornelys.
Massys cultivó la temática religiosa y el retrato. Las primeras obras, de las cuales no conservamos datos, no se han fechado, pero se le han atribuido tablas como la del Descanso en la Huida a Egipto del Museo Metropolitan de New York (Foto 2), o como La Virgen con el Niño (Museos Reales de Bellas Artes, Bruselas) y Cristo presentado al pueblo (Museo del Prado, Madrid), mostrando la influencia de los primitivos flamencos en la intensidad del sentimiento religioso, suntuosidad cromática y minuciosidad en el detalle. Sus primeras obras datadas son de 1509.
Estado de Conservación: Bueno. Restaurada en el 2001.
Procedencia:
– Galería Theotokópoulos (Madrid).
Bibliografía de Referencia:
– A. de Bosque, “Quentin Metsys”. Ed. Arcade. Bruxelles, 1975.
– Pijoán, J., “Arte del Renacimiento en el Centro y Norte de Europa”.
Summa Artis, Vol. XV. Ed. Espasa Calpe. Madrid, 1989. Pág.: 169-74
Agradecimientos: a María Elizari y Pedro Ramón Jiménez.