Nº Inventario: 4 E 29
Autor: Autor Anónimo de Escuela Castellana de 1º ¼ Siglo XVI.
Tema: Calvario.
Datación: Castilla, 1º ¼ Siglo XVI.
Técnica y soporte: Óleo sobre Tabla.
Medidas: 88 x 80 cm.
105 x 96 cm. (con marco contemporáneo)
Descripción y Comentario: Tabla que representa un Calvario con Cristo crucificado en el centro, y la Virgen María y San Juan a ambos lados del crucificado. La tabla cuenta, así mismo, con un paisaje natural con una ciudad amurallada en el centro, muy idealizada. En primer término se sitúan, a cuerpo entero, los personajes principales de la obra: María a la izquierda, con manto oscuro, inclinando la cabeza y juntando sus manos frente a su pecho; Cristo Crucificado en el centro, ya fallecido, con la cartela del INRI en caracteres góticos aún y una calavera y huesos a sus pies; a la derecha, San Juan Evangelista, de rojo y con un libro en una de sus manos, mientras alza la otra en gesto de oración.
Iconográficamente, se aprecia un tema específico, conocido como Déesis, frecuente en la época. La Déesis occidental evoluciona de la original Déesis bizantina, que representaba a Cristo en Majestad acompañado de María y San Juan Bautista. En el arte occidental se preferirá la representación de Cristo en la cruz, a modo de escena narrativa, y se sustituirá la figura de San Juan Bautista por la de Juan el Evangelista. No obstante, al igual que ocurría en la Déesis bizantina, en el modelo occidental tanto la Virgen como San Juan tienen sus rostros alzados u orientados hacia Cristo, con sus manos en posición de súplica en nombre de la humanidad. En esta composición vemos además, a los pies de la cruz, la calavera y los huesos de Adán, símbolo que alude a la figura de Cristo como nuevo Adán, como redentor del pecado del hombre.
Dentro del gótico español, la escuela hispano-flamenca se caracterizó por la gran influencia de los primitivos flamencos, que pervivió en España hasta bien entrado el siglo XVI, debido en gran parte a los lazos políticos y culturales entre ambos países. La pintura flamenca era, en el siglo XV, la más avanzada de Europa, e influyó en todas las escuelas nacionales, incluyendo a la italiana. Se consideraba un arte de enorme refinamiento, con obras realizadas y tratadas como joyas. También se debía esta consideración a los riquísimos materiales empleados en su ejecución, así como los montajes de las tablas que, como aquí vemos, eran de una gran riqueza.
Los rasgos de la escuela hispano-flamenca son cercanos a los de la pintura flamenca, empezando por la máxima preocupación de los pintores de Flandes de la búsqueda de la realidad por encima de todo. En relación con este anhelo, se presta una enorme atención a las calidades de los objetos, así como a los más mínimos detalles, dotados además frecuentemente de una carga simbólica. La iconografía sigue siendo principalmente religiosa, y en las escenas predominará un dibujo correcto y preciso, muy minucioso. Del mismo modo, tratan de plasmar una iluminación lo más verídica posible, ya sea artificial o natural, siempre modelando las carnaciones y produciendo claroscuros en mayor o menor grado. Otras características propias de esta escuela derivan directamente de la influencia de Van Eyck, el gran pintor flamenco, que visitó España en persona, y cuyos cuadros, así como los de su escuela, fueron importados como tesoros por las altas jerarquías. Debido a su influencia, los pintores españoles trabajarán con un detalle preciosista, de una minuciosidad casi miniaturista, y se recrean en elementos ornamentales como las joyas o las vestiduras, reflejadas con precisión y suntuosidad.
Estado de Conservación: Tabla engatillada, restaurada y repintada a principios del siglo XX. Marco de reproducción.
Procedencia:
– Colección Privada, Barcelona (España).
Bibliografía de Referencia:
– Camon Aznar, J.,”Pintura Española del Siglo XVI”. Summa Artis, Vol. XXIV. Madrid, 1990.
Agradecimientos: a Antoni José Pitarch.