Nº Inventario: 3 E 01
Autor: Diego de la Cruz (documentado 1482-1500).
Tema: Epifanía.
Datación: Los Balbases (Burgos), 1498.
Técnica y soporte: Tempera sobre Tabla.
Medidas: 108 x 58 cm.
117 x 67 cm. (con marco contemporáneo)
Descripción y Comentario: Tabla que representa la Epifanía, procedente de un retablo desmembrado, originalmente de la Iglesia parroquial de Los Balbases (Burgos), en cuya sacristía se guardo hasta los años sesenta del pasado siglo. Se conservan otras tres tablas del mismo retablo; La Visitación en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid (Foto 1), La Natividad en la Colección Esteve de Barcelona, y La Presentación en Colección Privada de Madrid. Conocemos la disposición de este retablo, gracias a la descripción que se hace de él en el manuscrito de la Historia de Balvás, realizado por Juan Diez de la Cantera en 1742. En él se nos dice que en el lado del evangelio de la iglesia de San Esteban se encontraba: “el retablo de María Santísima con el título del Rosario, de una misma mano, de pintura como el mayor y otro colateral, y en él pintada al óleo la historia y principales misterios de esta Soberana princesa, como son la Anunciación, Nacimiento del Niño Dios, Circuncisión, Presentación y Adoración de los Reyes, con hermosos matices y finos colores que iluminaban y representaban admirablemente estas sagradas historias. En el pedestal estaban pintados del mismo modo con el propio arte y primor ocho profetas que pronunciaban los sobredichos misterios y venida del Redentor para rescatar al mundo y que nacerá de María Virgen, como lo demuestran los bocetos que tienen en sus manos cada uno y cada uno sus nombres. En el medio estaba colocada la imagen de María Santísima, fabricada a lo antiguo con su benitísimo Hijo en los brazos. En el cornisamiento estaban pintadas tres admirables tablas e Jesucristo llagado con ropa púrpura mostrando su divina llaga a los hombres por los que tanto padeció y en su acompañamiento la dolorida madre y el más querido discípulo, Juan, quienes representaban bien a lo vivo sus penas y dolores. Estas tres tablas se colocaron en sus marcos dorados y se pusieron en la sacristía para su adorno y están tan finas tan bien lucidas que parece se acaban de pintar después de tantos años que se ignora el cuando de su principio”.
Para Gudiol, las tablas de la Natividad y la Epifanía, son obras avanzadas de Diego de la Cruz, y en ellas sigue con cierta fidelidad modelos anteriores. Para él, es evidente la relación entre esta tabla de la Epifanía y la tabla central de la misma composición del Tríptico de la Epifanía de la Catedral de Burgos (Foto 2 y 3), del que viene a ser una simplificación. Gudiol destaca de esta tabla, el “notable sentido realista de las figuras de los magos. La cabeza del San José es un maravilloso retrato, sin duda alguna”.
Diego de la Cruz documentado entre 1475 y 1500 es calificado por todos los expertos en pintura hispanoflamenca (Gudiol, Camón Aznar, Azcárate, P. Silva) como el “gran maestro del último cuarto del siglo XV”. Es sin duda; “uno de los mas bellos maestros del estilo hispanoflamenco que, por la exquisita calidad de su pintura, se ha supuesto una directa formación en Flandes”. Su importancia se constata tanto por la calidad de su obra como por la escuela a la que dio lugar (Maestro de los Balbases, Mtro. de Salomón de Fromista, Mtro. de San Andrés de Ventosilla, Alonso Sedano).
Para Gudiol, Diego de la Cruz es un flamenco trabajando en España con reminiscencias de Van der Weyden, pero ya con hondos influjos de Memling y de Gerard David. Evidentemente, en el curso de su vida en España se hispanizó y llega a tener un taller con ayudantes. Para este autor Diego sería flamenco al igual que el escultor Gil de Siloé, y el apellido Cruz sería adoptado como lo hacían corrientemente otros maestros extranjeros que trabajaban en España. Sin embargo, para otros autores, como Camón Aznar, Diego de la Cruz “es español, si bien dentro del sincretismo flamenquizante de la escuela de Valladolid”.
Diego de la Cruz estuvo relacionado con el escultor Gil de Siloé, colaborando con él desde 1487 en retablos de Burgos y Valladolid, pintando las tallas esculpidas por Siloé. De esta manera, Diego de la Cruz va a estar en muchas ocasiones bajo el patronazgo directo de los reyes Católicos; unas veces como pintor (Tríptico de la Epifanía de la Catedral de Burgos) y otras como policromador de la escultura de Gil de Siloé (Cartuja de Miraflores). Wethey apunta que el hijo de Gil de Siloé, que sería el famoso escultor y arquitecto Diego de Siloé, pudo ser ahijado de Diego de la Cruz, ya que llevaba el mismo nombre.
Estado de Conservación: Buen estado de conservación. Restaurada en 1998.
Procedencia:
– Iglesia Parroquial de Los Balbases (Burgos).
– Colección Esteve, Barcelona (España).
Bibliografía de Referencia:
– Camon Aznar, J.,”Pintura Medieval Española”. Summa Artis, Vol. XXII.
Ed. Espasa Calpe. Madrid, 1995. Pág.:583-5.
– Gudiol Ricart, J., Pintura Gótica. Ars Hispaniae. Vol. IX. Ed. Plus-Ultra.
Madrid.
– Gudiol Ricart, J.,Revista de Arte Goya. Nº 70. Madrid, 1966.
Pág.: 208- 17.
– Martens, Didier, «Diego de la Cruz, cuarenta años después de su
redescubrimiento: balance de las investigaciones y nuevas
propuestas», Goya, 283-284 (2001), pp. 208-222.
– Silva Maroto, P., Pintura Hispanoflamenca Castellana: Burgos y
Palencia. Ed. Junta de Castilla y León. Valladolid, 1990.
Agradecimientos: a Xavier Vilá.